Esta escultura abstracta de finales del siglo XX está hecha de piedra y desprende una estética moderna. Sus curvas suaves y formas orgánicas presentan una interacción dinámica entre los elementos de la obra. La textura y pátina de la escultura dan la impresión de que tiene su propia historia que contar. Esta pieza atemporal sería una adición notable para cualquier coleccionista de arte contemporáneo o como un elemento decorativo único en un hogar moderno.